¿Alguna vez te has preguntado si la forma en la que estás llevando a cabo tus proyectos es realmente la mejor forma de hacerlo?
Generalmente, la experiencia adquirida en el desarrollo de cada proyecto nos ayuda a establecer un proceso, es decir, una base metodológica que sirve como estructura para la realización de nuevos proyectos. Tener un camino ya establecido puede servir para trabajar con mayor agilidad, puede brindar seguridad, y puede incluso dar pauta a nuevas experiencias que sirvan para nutrir ese proceso.
Cada proyecto es una oportunidad para adquirir nuevo conocimiento, para identificar errores en el proceso, para reforzar a tu equipo de trabajo, para retroalimentar, y sobre todo para mejorar. Toda empresa tiene la capacidad de mejorar y crecer cada vez más.
Mejora continua.
Trabajar en la mejora de un proceso, o de la manera en la que se desarrolla un proyecto, requiere de disposición. El solo hecho de querer mejorar debe estar respaldado por la disposición de aprender y la capacidad de ser autocrítico con el trabajo realizado. Cada persona involucrada en el proceso es un elemento que puede contribuir para mejorar.
De igual manera, la mejora de cualquier proceso solo se puede lograr trabajando con transparencia. Es indispensable conocer y entender el proceso de desarrollo en su totalidad, y tener claridad acerca de las actividades que se llevan a cabo, y la manera en la que se ejecutan. Dependiendo del proyecto, puede ser de gran utilidad mantener un análisis para establecer parámetros que permitan medir los resultados de forma precisa.
Por otro lado, es importante reconocer que la mejora de un proceso precisa ser realistas. Toma tiempo identificar áreas de mejora, implementar metodologías, simplificar procesos, y adaptarse a nuevas formas de trabajo. Pretender que el proyecto siguiente debe ser perfecto tras haber identificado todas las deficiencias en el proyecto anterior, puede resultar contraproducente y lograr un efecto contrario. La mejora es continua porque constantemente se encuentran oportunidades para mejorar, incluso aquello que pudiera pensarse que ya está bien hecho.
Cualquier proceso puede mejorar.
Cualquier metodología o marco de trabajo que se utilice para desarrollar proyectos es susceptible a mejorar, y Scrum no es la excepción.
Desde su surgimiento en los 90´s, Scrum no ha dejado de ser mejorado no solo por sus autores. Un marco de trabajo que se creó para ser utilizado particularmente en el desarrollo de software, es ahora apto para ser utilizado en el desarrollo de cualquier tipo de proyecto, especialmente de proyectos complejos.
A finales de 2020 se publicó una nueva guía Scrum, con algunos cambios respecto a la guía publicada en 2017. En tres años se lograron identificar mejoras en la simplificación de conceptos, en la claridad de los procesos y artefactos, en el enfoque del equipo, y algunas otras áreas.
Scrum es un claro ejemplo de mejora continua, no solo porque constantemente busca la forma de mejorar su teoría, sino porque brinda la oportunidad de encontrar el crecimiento propio en su aplicación.
Ya sea utilizando Scrum, o simplemente desarrollando proyectos, el éxito está en buscar siempre la forma de seguir creciendo y de mejorar continuamente. En un mundo complejo, lleno de incertidumbre y en constante crecimiento, buscar un cambio, por más pequeño que sea, puede significar una gran mejora para ti y para tu empresa.
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