Utilizar metodologías ágiles para la gestión de proyectos es cada vez más frecuente, y eso no es coincidencia. Convertirte en una empresa ágil ofrece grandes oportunidades para el crecimiento empresarial, la optimización de proyectos, y para muchas otras áreas de mejora.
Mejoras la calidad de tus entregables.
Ser una empresa ágil implica desarrollar una cultura de trabajo eficiente y un enfoque de mejora continua, en el que todo el equipo cuenta con las herramientas necesarias para experimentar, aprender y mantenerse actualizado. De esta forma, tu empresa puede contar con un equipo capacitado y listo para realizar entregables funcionales y cumplir con los criterios de aceptación.
Cuando utilizas metodologías ágiles, obtienes las habilidades y herramientas que te permitirán desarrollar proyectos persiguiendo su funcionalidad y realizando entregables de calidad y con alto valor para el cliente.
Respondes mejor a los cambios.
Para poder trabajar de manera ágil, hay que hacer frente a la incertidumbre que implica cualquier proyecto, y aprender a gestionar los riesgos a partir de una buena adaptabilidad.
Las metodologías ágiles ayudan a que los equipos trabajen de la mano con los clientes, manteniendo una planificación continua en la que el proyecto se adapta a los requerimientos y la retroalimentación que el cliente va aportando.
Entregas en menor tiempo.
Uno de los grandes problemas que se resuelven utilizando metodologías ágiles, es realizar entregas al tiempo que son necesarias, y que al mismo tiempo mantengan los estándares de calidad requeridos.
Las prácticas ágiles ayudan al equipo a priorizar actividades y enfocarse en lo que implica mayor valor a los entregables, por lo que resulta más fácil realizar entregas en el tiempo acordado.
Coordinas mejor a tu equipo de trabajo.
Las empresas ágiles trabajan con equipos interdisciplinarios, con las habilidades para comunicarse y trabajar en conjunto, priorizando las actividades y trabajando en ellas de manera autoorganizada.
Cuando haces uso de las prácticas ágiles para gestionar tu proyecto, y cuentas con un equipo de trabajo capacitado para llevar a cabo dichas prácticas de forma adecuada, facilitas que el desarrollo del proyecto fluya de la mejor manera, sin perder de vista los objetivos planteados.
Los beneficios de convertirte en una empresa ágil serán alcanzables a medida que la empresa se comprometa a mejorar como empresa y como equipo de trabajo, promoviendo una cultura ágil en todos los aspectos que involucran a las personas que conforman la empresa.
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