Todas las empresas tienen objetivos que desean alcanzar, y para ello establecen y planean un camino a seguir, que difícilmente será completado al pie de la letra debido a la imposibilidad humana de previsualizar el futuro. Las situaciones inesperadas a menudo sorprenden y cambian los planes establecidos, por lo que las empresas tienen dos opciones: abandonar el proyecto o aceptar la incertidumbre y hacer frente a las circunstancias para alcanzar sus objetivos.
Para las empresas, la incertidumbre es una constante inevitable que se relaciona con el contexto cambiante económico, social, político y cultural en el que se desenvuelve. Estos factores hacen que sea necesario con tar con una estrategia que les permita hacer frente a cualquier situación inesperada y ser resiliente.
Lo que queremos que suceda vs. lo que realmente sucede.
Dado que la incertidumbre es inevitable, aprender a gestionarla es una habilidad muy importante para poder llevar a cabo cualquier tipo de proyecto. Un buen paso para iniciar es entender qué es lo que podemos prever y qué es lo que no.
Aceptar la incertidumbre implica entender que no siempre nuestras acciones pueden lograr aquello que esperamos, y que esto no necesariamente depende de dichas acciones. En muchas empresas, los resultados de un mismo esfuerzo pueden ser completamente diferentes, dependiendo del contexto y las circunstancias en las que se están llevando a cabo.
Del mismo modo, la incertidumbre también interviene dentro del equipo de trabajo. Es importante considerar que existe una diferencia entre lo que esperamos que las personas hagan, y lo que realmente realizan en el transcurso del proyecto, ya que sin importar la claridad con la que los requisitos son comunicados, existen situaciones inesperadas que pueden afectar a cualquier miembro de un equipo de trabajo.
¿Qué necesita una empresa para ser resiliente?
Ser resiliente depende en gran medida de la actitud con la que se enfrenta una persona a la incertidumbre. A pesar del estrés que en muchas ocasiones implica enfrentarse a situaciones inesperadas, es importante mantener al equipo motivado y enfocado en encontrar soluciones eficientes que permitan resolver la situación.
Para resolver una situación inesperada, un buen primer paso es identificar el motivo por el que se generó la situación, y entender sus posibles consecuencias. Encontrar una solución que resuelva el problema desde su origen, ayudará a evitar futuras consecuencias no identificadas como resultado de una solución superficial.
Una empresa resiliente entiende que pueden existir distintas soluciones para un solo problema, por lo que tomar la mejor decisión significa un reto que implica evaluar muy bien las alternativas planteadas. Es muy importante tener en cuenta que una buena decisión debe estar siempre basada en los valores y principios que la empresa representa.
Agile para gestionar y aceptar la incertidumbre
Para poder gestionar proyectos y aceptar la incertidumbre que estos conllevan, hay que comenzar desarrollando habilidades de resiliencia y utilizando las herramientas adecuadas.
Las metodologías ágiles proporcionan herramientas que permiten a los equipos de trabajo gestionar proyectos considerando cualquier imprevisto. Uno de los marcos de trabajo más utilizados dentro de las metodologías ágiles, es Scrum.
Utilizar Scrum permite a los equipos trabajar de forma ágil, obteniendo grandes beneficios. Uno de los más importantes es que trabaja a partir de ciclos cortos llamados Sprints, los cuales permiten identificar de forma rápida cualquier impedimento que pueda surgir a lo largo del proyecto.
Implementar una metodología ágil es un gran paso para en la gestión de proyectos para aceptar la incertidumbre y convertirse en una empresa resiliente, capaz de resolver cualquier imprevisto y encontrar soluciones funcionales de manera ágil.
Deja una respuesta