Resumen de conceptos básicos sobre agilidad y Scrum.

Tanto las metodologías ágiles como Scrum, comparten conceptos básicos que son aquello que les permite ofrecer la posibilidad de gestionar proyectos de manera ágil. Es por ello que estos conceptos son indispensables para su correcta aplicación, y para su buen funcionamiento dentro de un equipo de trabajo.

Agilidad.
Para empezar, la agilidad no se trata de hacer las mismas actividades, pero con mayor rapidez, tampoco se trata de olvidar por completo la planeación de un proyecto. Implementar una metodología ágil implica desarrollar la capacidad de responder efectivamente al cambio, sin perder de vista las necesidades del cliente y el valor del resultado final.

Gestión de riesgos.
La capacidad de responder al cambio es uno de los conceptos básicos en la gestión de proyectos con Scrum. Lejos de hacer planes estrictos para los proyectos de principio a fin, se busca que el equipo de trabajo pueda adaptarse a las circunstancias, conforme el proyecto es desarrollado. Para lograr esto, los equipos evitan centrarse en una sola entrega que al final puede no ser la mejor opción, y trabajan en entregas pequeñas de manera continua, que permitan visualizar el avance del proyecto y obtener retroalimentación en menor tiempo.

Entregas de valor.
Otro de los conceptos básicos más importantes en Scrum, es el de entregar valor a las personas en cada proyecto. Se busca dejar de lado los procesos rígidos y las estructuras inflexibles, para así poder encontrar en la interacción humana una mejor solución enfocada en el cliente. En todo el proceso Scrum, se trata de escuchar a las personas en pro de una buena colaboración.

Control de proceso empírico.
En Scrum, las decisiones de seguimiento se toman a partir de la observación y experimentación obtenida durante el desarrollo del proyecto, es por ello que este marco de trabajo se basa en un proceso empírico. A partir de ello, Scrum determina otro de los conceptos básicos más relevantes, que es el control de proceso empírico, y que a su vez está compuesto por tres pilares básicos para cualquier proyecto: transparencia, inspección y adaptación.

Colaboración.
Parte de una transformación ágil es capacitar a las personas y motivarlas a trabajar en equipo, para poder colaborar de igual manera con el cliente, desarrollando entregables que cumplan realmente con los objetivos del proyecto y proporcionen un alto valor. En Scrum, una buena comunicación es clave para los miembros del equipo, ya que promueve la transparencia en cada proyecto y permite sumar el aporte de todos con el objetivo de producir algo más grande.

Existen más conceptos, prácticas y herramientas que conforman a las metodologías ágiles, y hacer un correcto uso de ellos implica comprender muy bien su funcionamiento. La transformación ágil es un proceso que requiere compromiso y motivación, para finalmente poder implementar en su totalidad todos aquellos conceptos básicos que llevan a la gestión de proyectos ágiles.