Uno de los beneficios más importantes de utilizar Scrum, es la capacidad que brinda a los equipos para mantener una correcta gestión de riesgos, lo cual ayuda a mejorar la adaptabilidad de cualquier proyecto, desarrollando productos funcionales a tiempo y de forma ágil.
En la actualidad, es común enfrentarse a situaciones llenas de incertidumbre, en las que factores externos e internos evitan que una larga planificación se cumpla tal cual está planteada. Es por ello que los procesos de Scrum están diseñados para enfrentar los cambios e imprevistos que puedan presentarse en el desarrollo del proyecto.
Respuesta al cambio
Uno de los valores más importantes en la gestión de proyectos con Scrum, es la capacidad de responder al cambio. Cuando desde el inicio se planea un proyecto de principio a fin, se convierte en un proyecto predictivo y rígido, que difícilmente puede adaptarse a cambios que surgen conforme el proyecto es desarrollado.
Por otro lado, Scrum plantea la planificación por periodos más cortos, denominados Sprints, que inician con los requerimientos que requieren ser resueltos con anticipación, para así volver a planificar una vez que el primer Sprint sea finalizado.
Scrum facilita las herramientas necesarias para mejorar la adaptabilidad y mantener una planificación continua, en la que día a día se pueden incluir variaciones y considerar nuevos requerimientos.
Esto permite ir adaptando el proyecto a las necesidades que el cliente solicita, y tener la flexibilidad necesaria en caso de presentarse algún imprevisto externo, como tendencias tecnológicas o productos de la competencia. Al finalizar el proyecto, el producto responderá a los requerimientos actuales, y no necesariamente a los planteados al inicio.
¿Cómo funciona la gestión de riesgos?
El funcionamiento de Scrum ayuda a mejorar la adaptabilidad de un proyecto porque implica llevar a cabo eventos que facilitan la revisión continua del desarrollo del proyecto.
Realizar entregas iterativas permite disponer de productos de manera temprana, y detectar posibles incongruencias. Esto permite mantener una correcta gestión de riesgos, y tener la capacidad de reorientar el producto en caso de ser necesario. Además, recibir retroalimentación por parte del cliente de forma periódica, permite identificar a tiempo si algún requisito ha sido malentendido.
Por otro lado, Scrum plantea el principio de transparencia, mediante el cual el equipo puede conocer el estado en el que se encuentra el proyecto y detectar posibles impedimentos. Cuando el equipo mantiene une buena comunicación, la información fluye de manera ágil, lo cual facilita la gestión de riesgos en cualquier momento del proyecto.
Además, Scrum motiva al equipo de trabajo a apropiarse del proyecto y mantener una responsabilidad colectiva, en la que cada uno de los miembros está comprometido con alcanzar sus objetivos y lograr un producto funcional y de alto valor para el cliente.
La adaptación al cambio puede no ser algo sencillo, ya que implica más que solo identificar los riesgos en el transcurso del proyecto. Es importante que el equipo completo tenga la seguridad necesaria para hacer frente a cualquier impedimento y poder llevarlo a cabo de forma exitosa.
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